Sobre Jeanette Leiva
Mi nombre es Sharon Jeanette Leiva . Nací en Trujillo en el año 90, exactamente en El Porvenir en la capital del calzado. Vengo de una familia de zapateros especialistas en zapatos para mujer: Tíos, Primos, Amigos, Vecinos...
Siempre me gustó el negocio y el arte, cuando era niña criabamos animales para venderlos, vendíamos comida y asimismo mi papá siempre viajaba a Lima a vender calzado.
En mi casa teníamos una bodega y yo atendía mientras hacia mis tareas. También recuerdo que no me gustaba para nada matemáticas, pero igual allí estaba yo sacando cuentas, sumando y multiplicando. Recuerdo incluso que en una ocasión me puse a vender raspadilla en la puerta de mi casa o ayudaba vendiendo marcianos “me encantaba hacer reír a mis vecinos mientras les vendía”. Mi barrio era lindo y mantengo ese buen recuerdo, pero a manera que fui creciendo también crecía la inseguridad. Así que a mitad de mis estudios en la universidad (Estudiando Ciencias de la Comunicación) viaje a Lima para estudiar “Comunicación y Publicidad”. Todo iba bien. Ayudaba a mi papá en el negocio, aprendí muchísimo a su lado y me falta aun mucho más por aprender.
Soy una trujillana orgullosa, aprendí a bailar marinera y lo digo con orgullo, sobretodo del distrito de donde soy, “El Porvenir”. Donde hay una arco en la entrada que te invita a adentrarte a la zona de emprendedores y de gente creativa.
Allí en el auto al lado de mi papá le dije: “Quiero ser recordada”.
Y es que para mi, incluso hoy, siento que todos tenemos un propósito aquí, estás lleno de habilidades que debes trasmitir y sobretodo necesitamos aprender de todo, todo el tiempo.
No tengo fotos de bebé, porque el fenómeno del niño se llevó esos recuerdos. tengo muy pocas fotos de niña, pero mis recuerdos son vívidos y recalco eso porque aun me recuerdo sentada con mi mamá al costado regañandome para hacer una letra bonita y que se pueda entender. Recuerdo a mi papá todas las mañanas del domingo cuando corría a abrazarlo y preguntarle que libro me trajo ahora. No entendí todo lo duro que es ser padre hasta el dia en que los veo realmente agotados o que están camino a algún doctor para que les revise ese dolor que les preocupa.
Cuento todo esto porque siento que aun sigo aprendiendo a ser hija, me queda mucho camino por recorrer.
Estando en Lima me di cuenta de algo muy curioso cuando tenía que ir a comprar calzado: Me dolían, se rompían rápido, no me quedaban bien, la atención no era adecuada ... y dije porqué no vender calzado de cuero? Así empece con 6 pares desde el 2013 ya en la actualidad la demanda es más grande y cada año trato de ir aprendiendo con ustedes sobre el mundo de los negocios priorizando su comodidad y la calidad del calzado.
La experiencia de mi familia, los cursos tomados, las personas que me rodean y ustedes, me da la inspiración necesaria para seguir adelante a pesar de la montaña rusa de circunstancias que se presentan día a día.
Deben saber también que cada calzado es fabricado por familias trujillanas quienes están llenos de más historias y quienes ponen todas sus habilidades para que los zapatos cumplan con la calidad ofrecida.
También que los materiales con los que trabajamos nos brindan la garantía de fábrica que es necesaria para brindar un calzado A-1
Todos estos factores contribuyen a que este negocio sea es reconocido por sus modelos, calidad y comodidad.
Y si me preguntan cuál es mi sueño, creo que ahora más que no ser olvidada, es ser feliz.
Amo el diseño, amo atenderlas, amo mi familia, amo a mi novio, amo a mi mascota y amo todo lo que me rodea. Si en este momento me preguntan si soy feliz, lo soy. Y estos pequeños momentos son los que deben ser tatuados en nuestra mente, para no olvidar que si algo malo te llega a pasar debes recordar que así como puedes estar triste tienes también el poder de volver a ser feliz, pero solo queda en ti.
El otro año tengo grandes proyectos que espero poder cumplir, porque no hay que olvidar que también es necesario pensar en ti.
El éxito se basa no en un gran esfuerzo, sino en muchos pequeños, día tras día. Es lo que se conoce como constancia.